Nombre cienticifico: Titanoboa Cerrejoensis
Nombre Común: Titanoboa
Longitud: 11-13 metros
Peso: 1.135 kg
Hábitat: Areas pantanosas y selvas
Ubicación: Colombia
Estado de conservacion: Extinta
Sistema De Nacimiento: huevos
Características[]
Titanoboa cerrejonensis es una especie extinta de serpiente de la familia de los boidos, que vivió en el Paleoceno en Sudamérica entre hace 60 y 58 millones de años. Es la serpiente más grande encontrada hasta la actualidad, superando a la anterior poseedora del título, [[Gigantophis]].
Titanoboa vivió entre hace 60 y 58 millones de años donde se sitúa la actual Colombia, según un estudio de la Universidad de Toronto en Mississauga (Canadá).
Se le ha dado el nombre de Titanoboa cerrejonensis por su tamaño y por la mina de carbón del Cerrejón, una de las minas a cielo abierto más grande del mundo, en el Departamento de La Guajira, Colombia, situada en la formación geológica homónima. A través de un estudio comparado de sus vértebras, se estima que la serpiente medía 13 metros de longitud y tenía un peso aproximado de 1135 kg. En Cerrejón también fueron hallados esqueletos de tortugas gigantes (Cerrejonemys) y de cocodrilos (Cerrejonisuchus) que pudieron ser devorados por el enorme ofidio. De acuerdo con Jonathan Bloch, "Actualmente, las grandes serpientes devoran cocodrilos y no es irracional decir que Cerrejonisuchus era una comida común para Titanoboa", teniendo en cuenta que los fósiles de las dos especies fueron hallados cerca uno del otro. Como la mayoría de serpientes, podía también nadar y cazar en el agua.
El tamaño del reptil es muy importante, ya que la dimensión de las serpientes, como animales de sangre fría, dependen de la temperatura de su hábitat. Por su tamaño, Titanoboa necesitó una temperatura media anual de entre 30 y 34 grados centígrados para sobrevivir, 6 grados más de la temperatura media actual en la ciudad de Cartagena, que es de 28 grados. Estos datos pondrían en entredicho la idea de que la vegetación tropical podría desaparecer a temperaturas más elevadas.
Nunca se habían encontrado en la zona ecuatorial de Suramérica fósiles de vertebrados tan antiguos, por la densidad de la selva y por el deterioro provocado por las altas temperaturas y la humedad. Esta nueva especie ha permitido conocer mejor la historia de las serpientes y el clima en los trópicos americanos en un periodo en que estaban empezando a evolucionar nuevos seres vivos.